miércoles, 6 de julio de 2011
Mas de perros en el arte
Si se recorre la evolución en el arte de la relación entre el ser humano y este animal se vera:
El perro está unido al ser humano desde hace siglos. Según los etólogos, «en todo el mundo animal no existe nada parecido a esta alianza entre dos especies diferentes».
PORTUGAL, UNIVERSIDAD DE CANTABRIA, UNIVERSIDAD DE LISBOA
Portugal. Enterrábamos a los perros hace 8.000 años según un último descubrimiento.
In b. Arqueología, c. Paleontología y geología on junio 30, 2011 at 23:32Una sepultura canina prehistórica que excavan arqueólogos lusos revela nuevos detalles sobre la antigüedad del cariño entre el ser humano y el perro, que hace ya 8 mil años era enterrado con ritos funerarios en la Península Ibérica.
La tumba es la más antigua encontrada en el sur de Europa y sus restos arqueológicos constatan por primera vez en esta zona del continente la existencia de ceremonias fúnebres dedicadas a ese animal doméstico, según informó hoy el Centro de Arqueología de la Universidad de Lisboa.
Además de esta institución en el proyecto, cuyos hallazgos se han localizado en una zona costera al sur de Lisboa, participan investigadores españoles de la Universidad de Cantabria.
Los restos de la tumba canina se sitúan en el yacimiento de Pocas de Sao Bento, localizado en Alcácer do Sal, un municipio a noventa kilómetros de la capital lusa, donde trabaja un equipo dirigido por Mariana Diniz, de la Universidad de Lisboa, y Pablo Arias, de la Universidad de Cantabria.
Los enterramientos de perros, el primer animal en ser domesticado por el ser humano, ya se habían localizado en el norte de Europa, pero nunca se habían hallado en la Península Ibérica y otras zonas del sur del continente.
En la sepultura se ha encontrado, entre otros restos, una cubierta de conchas construida con precisión que confirma el valor simbólico que se daba al perro ya en aquella época, además del económico, según los investigadores.
Las prácticas religiosas y afectivas relacionadas con los ritos funerarios se remontan a las sociedades del Mesolítico, hace 10 mil años, cuando los seres humanos eran cazadores y recolectores, antes de que la agricultura y la ganadería se extendiera por Europa.
Técnicos del Museo Nacional de Arqueología de Lisboa se desplazaron el miércoles al yacimiento de Alcácer do Sal para extraer y conservar la sepultura, y estudian la posibilidad de hacer una futura exposición pública.
Descubrimientos anteriores ya habían confirmado que algunos grupos de cazadores convivían con el animal considerado el mejor amigo del hombre durante el Paleolítico y el Epipaleolítico.
Aunque en la Península Ibérica no se habían encontrado hasta ahora tumbas caninas sí se hallaron restos de un perro de unos 13 mil 250 años de antigüedad en la cueva de Anton Koba, en Guipúzcoa (España).
lunes, 7 de junio de 2010
PABLO MONTEAGUDO
martes, 1 de junio de 2010
lunes, 5 de abril de 2010
jueves, 1 de abril de 2010
Maestro del livre de Raison
sábado, 27 de marzo de 2010
viernes, 4 de septiembre de 2009
exposicion en NY
VIERNES, 4 DE SEPTIEMBRE 2009
miércoles, 26 de agosto de 2009
Charles Burton Barber en postales
Serie de seis postales del pintor inglés Charles Burton Barber (1845-1894). Pintó muchos retratos de perros favoritos de las más aristocráticas familias inglesas y algunas veces supo hermanar la representación de estos fieles animales con las simpáticas figuras de los niños sus dueños.
viernes, 21 de agosto de 2009
sábado, 8 de agosto de 2009
lunes, 20 de julio de 2009
Alexis Mujica
Poco más de cinco décadas de vida le fueron suficientes a este artista para ganarse el respeto y la admiración de la crítica y el público seguidores de su obra, que se caracterizó por ser de carácter figurativo.
lunes, 13 de julio de 2009
El perro en la antigua Grecia
Es notable como el perro aparece en numerosos episodios de la leyenda, la historia y el arte griego. Uno de los más idolatrados estaba forjado en bronce que la leyenda, segúnHomero, cuenta que lo hizo Vulcano para ofrecérselo a Zeus y también cuenta la leyenda homérica que expresa el gran cariño que se tenía a estos animales que el dios de los dioses ofreció este animal a Europa, hija del rey de Fenicia, para obtener sus favores.
También es Homero que cuenta la historia de “Argos”, el perro de Ulises, que entristecido por la partida de su amo, lo esperó, lo reconoció a su retorno y muere de alegría, claro podemos suponer que Ulises faltó 20 años de su tierra y el perro al llegar a esa edad ya era todo un mérito porque no viven más de 14-15 años, es probable que su envejecido corazón no soportó la emoción de volver a ver a su amo.
La biografía de Alcibíades nos informa de que ciertos perros podían alcanzar en Atenas un precio elevado, puesto que este personaje adquirió un cachorro por la fabulosa suma de 7000 dracmas (equivalentes a 2500 dólares).
Jantipa , mujer de Sócrates, hizo inhumar a su perro en un promontorio junto al mar.
En una oportunidad la ciudad de Corintos fue atacada y valientemente defendida por los perros que tenían como misión guardarla, eran cincuenta y el único que sobrevivió, “Soter”, consiguió alertar a la población y la ciudad se salvó, en agradecimiento a sus salvadores que demostraron ser más eficientes que los guardias humanos, los habitantes erigieron un monumento a la memoria de los 49 salvadores que perecieron en la defensa de la población.
El sobreviviente fue honrado, pensionado y puesto bajo la protección de la ciudad.
Aristóteles describe siete razas de perros en Grecia: el Epiro, pastor grande y fuerte, el meliteo, pequeño y delicado y antepasado del maltés, los guardianes perros de Laconia, los molosos , muy apreciados por los cazadores, los de Cirene, Egipto y la India.
El más imponente de los perros conocidos en Grecia era un moloso, que se identifica con el mastín mesopotámico (Ver imagen), se cree que su llegada coincide con las segunda guerra pérsica (480 a.C.), ya que Jerjes llevaba con su cortejo poderosos molosos y que antes de esa fecha no existían en Grecia.
También Alejandro Magno los llevó con él a Epiro y Macedonia, también se relata que perros de esa variedad fueron obsequiados al conquistador macedonio por el rey de Albania, se trataría de ejemplares capaces de enfrentarse a leones y elefantes. También los utilizaba en formación en las batallas para sembrar el pánico en las tropas enemigas, de esta manera “Periles”, su moloso favorito, murió combatiendo durante la conquista de la India.
viernes, 10 de julio de 2009
perros por artistas
Oviedo, J. C. GEA
El interior y el exterior de la galería Vértice, en pleno centro de Oviedo, se han transformado en la más peculiar de las exhibiciones caninas que haya conocido la ciudad y, posiblemente, Asturias. Hay perros -los mismos, pero en distintas actitudes- dentro de la galería y perros fuera de ella, «amarrados» a los hermosos árboles del Campo San Francisco. Y tanto los unos como los otros parecen estar pidiendo un acercamiento especial, exploratorio, tanto a los seres humanos como, a menudo, a sus congéneres tridimensionales. Poner en marcha los mecanismos de esa aproximación indagatoria es el objetivo principal de «Cave canem» («Cuidado con el perro»), la sorprendente muestra que estos días exhibe Ricardo Mojardín (Boal, 1956) dentro y fuera de Vértice.
No es la primera vez, ni mucho menos, que Mojardín utiliza, echando mano de un viejo recurso de la sátira o la crítica moral, a los animales: antes de los canes se había servido de simios, vacas, conejos o peces para desarrollar una visión del arte y del hombre frente al arte llena de ironía y mordacidad. En este caso, el artista ha realizado una selección de «perros famosos» de la historia de la pintura que ha reproducido de dos maneras: pintados sobre vinilo y casi diluidos en una capa de texto que alude a las obras de las que forman parte (Velázquez, Tiziano, Rubens, Murillo, Tintoretto...) y recortados en terciopelo y pegados en grandes lonas blancas de plástico, que ciñen los troncos de los árboles en el parque. También es una constante del artista, incluso anterior a su interés por la iconografía zoológica, acudir a la historia del arte como un fértil archivo de imágenes, significados y prestigios, pero también de conductas artificiosas y supercherías, sobre las que cuestionar nuestra relación con el arte o con el universo de imágenes que nos satura.
Para el artista, en «Cave canem» se trata de plantear «casi un experimento etológico», en el que lo ideal sería registrar rigurosamente las reacciones del público ante estos ilustres pero no siempre conocidos chuchos de los maestros antiguos, que ya se mostraron en la gerundense sala El Convent y «triscaron» entre los árboles que rodean la masía donde está ubicada.
«Mi intención es hacer reflexionar sobre la insuficiencia de la información visual, de la necesidad que tenemos de complementarla con algo más que ella misma, y mucho más en un momento en que se nos ha llevado a desconfiar totalmente de lo que vemos», apunta Mojardín, que ha establecido un símil irónico entre la actitud «del perro, que se acerca extrañado, olfatea e, incluso, marca con su orina el lugar para identificarlo después, y la del ser humano, que en los cuadros del interior de la galería no consigue identificar exactamente lo que está viendo hasta que no lee los textos, que son descripciones de los cuadros de los que forman parte los perros».
Al menos, a Ricardo Mojardín le quedó constancia de una parte de esas reacciones desconcertadas durante el montaje de la instalación. «La gente me preguntó de todo: si eran avisos para buscar perros perdidos, si eran prohibiciones para pasear con perros por el parque...» Y, a veces, los perros de verdad que paseaban los preguntones se acercaron para olfatear esas siluetas familiares pero, a pesar de todo, tan indescifrables.